Un sermón de Padre Juan Sandoval
Epifanía 6 – Año C
Las ideas expresadas hoy son atípicas para la época de Jeremías; es un texto elegante y poético como muchos libros del antiguo testamente. Estos textos parecen reflejar el pensamiento de siglos posteriores, cuando se escribieron libros de literatura sapiencial (por ejemplo, Proverbios, Sabiduría). Dios, a través del profeta Jeremías, contrasta los destinos de los impíos y los piadosos. Los impíos, ellos que se “apartan” de Dios; ellos “confían” (creen) en el poder y la fuerza de la humanidad. Por otro lado, los piadosos verdaderamente “confían” en Dios.
El compara al impío con una “zarza”: muere bajo el sol del desierto porque no hay agua, hay sol y está caliente. Yo estuve en Egipto y así era, un desierto con mucha arena y tanto calor. No había nada verde. Quizás se parecía como un infierno de satanás. Pero los piadosos (v. 8) son como un "árbol" "verde": sostenido ("agua") y creciendo con la ayuda de la "corriente" rio o lago. Para cada uno de los fieles quizás el Espíritu de Dios que es corriente. No tienen nada de qué preocuparse. El árbol tiene su sombre, sus pájaros, las brisas y mucha agua. Los piadosos me parecen cuando pienso en un rio grande en Arizona o el Chattahoochee en Georgia que en cada lado está un árbol grande, con muchos pajaros y creciendo muy alto que alcanza a los cielos y Dios.
Para los pueblos antiguos, el “corazón” no era sólo el centro de las emociones, los sentimientos, los estados de ánimo y las pasiones, sino también la voluntad y la fuerza motriz de los miembros. El corazón discierne el bien contra el mal; también el corazón era el centro de donde tomamos decisiones. La conversión a los caminos de Dios tuvo lugar en el corazón. Sólo Dios puede ver claramente las intenciones del corazón; solo él puede juzgar a los humanos en sus acciones. Dios recompensa a las personas por el bien que hacen y las condena por las malas acciones. Dios les recuerda que, al final, la riqueza adquirida injustamente no beneficia a la persona, porque no prolonga su vida. (La noción de vida después de la muerte aún no se había realizado.)
Jeremías continúa identificando la única forma de abordar los grandes desafíos de la vida. El camino de Dios, a seguir es descansar con fe sobre el brazo del Señor, Nuestra vida, pues, es como un gran árbol que bebe constantemente de una fuente permanente de agua viva. Recuerden que Jesús promete que estará con nosotros hasta el fin de los tiempos. Él es el agua viviente.
El salmo de hoy se parece mucho a la lectura de Jeremías. Nos propone el contrasto entre en bienaventurado y los malvados. Nos enseña que el dichoso evita el consejo de los malos porque busca instruirse con la ley de Dios y se deleita meditando en su palabra.
El Evangelio de Lucas de las Bienaventuranzas en la que Jesús comienza a darles la vuelta a los valores establecidos. Lucas no solo trata de la felicidad y la bienaventuranza sino también de los "ay-es" que les esperan a aquellos que están satisfechos de sí mismos, así como impíos.
Jesús también enseña sobre el contraste de la bienaventuranza y la maldición en su sermón en el llano. Estas son palabras de esperanza, implicando que todos deben mantener su confianza en Dios y no engañarse creyendo en los seres humanos.
La gente se había reunido alrededor de Jesús para escuchar sus enseñanzas y claramente esperaban encontrar un hacedor de milagros. Él sano a las personas y las liberó de los malos espíritus, pero desde el principio estaba decidido a que sus discípulos no huyeran con la idea de que el Reino era una opción fácil. El pequeño detalle de Jesús fijando sus ojos en sus discípulos nos dice mucho: está haciendo un punto y quiere que no tengan ninguna duda de su seriedad.
El punto que se les hizo a los oyentes de Jesús y que Lucas estaba escribiendo, era esto, Los seguidores de Jesús arriesgaban todo y para ellos era una elección de vida verdaderamente radical. Su consecuencia a menudo era el rechazo, la incomprensión y la infelicidad. Incluso hoy, los cristianos pueden encontrar que la decisión vivificante de convertirse en discípulos de Jesús trae consigo consecuencias desagradables.
Ellos, y nosotros, necesitamos escuchar las palabras de Jesús asegurándoles a sus discípulos que esto es de esperar, pero que este no es el final de la historia. Sí, habrá dificultades, pero esto siempre les ha sucedido a aquellos que se esfuerzan por hacer el bien. En el Reino, los pobres, los hambrientos o los afligidos encontrarán sus necesidades más que satisfechas. Sin embargo, aquellos que son ricos y están satisfechos encontrarán que las cosas que han visto como fuentes de felicidad se convertirán en basura. Así por cada bienaventuranza e igual, un ay. Estos fueron para los discípulos de Jesús y no tanto por los impíos.
Las Bienaventuranzas, a verlas como una manera ideal para vivir... De hecho, plantean un desafío fundamental: ¿dónde ponemos nuestra propia felicidad, totalmente en las cosas terrenales, o en las cosas espirituales? - en las cosas que traen satisfacción a corto plazo - o en las que perduran hasta la eternidad?
¿Dónde está su confianza? La confianza conduce a la bendición. Confiar en Dios no es sólo un sentimiento, sino una forma de vida que conduce a la verdadera bendición y plenitud.
Dios vela por nosotros y nos bendice abundantemente. Dios nos bendice a su manera y no a la manera del mundo. Los piadosos heredarán el reino de Dios.
AMEN.