Un sermón de Padre Juan Sandoval
Pascua 6, Año B
Me parece que cada día cuando veo los avisos en la tarde, algo malo ha pasado. Vemos de las guerras a través del mundo, especialmente en Israel y Gaza, pero siempre hay otras guerras. Si no son guerras, son de alguien con pistola, rifle o bomba que desea matar o destruir un edificio. Esta semana había terroristas en las universidades de los Estados Unidos. Era algo contra la ley y todavía se quedaban, a pesar de que les habían dicho que se fueran. Luego la policía tuvo que llegar para dispersar las personas, y todavía no se iban. La policía los cogió y los pusieron en la cárcel. Me parece que no había amor entre la gente y policía.
Ha sido ese tipo de semana. Ha sido ese tipo de tiempo. Ha sido ese tipo de mundo. Lo que hace que las palabras de alegría de Jesús parezcan fuera de lugar. Fuera de sincronización. Fuera de contacto con la realidad. ¿Quizás las preguntas fueron, donde está el amor este día?
Me parece que los discípulos hicieron las mismas preguntas. Después de todo, aquí están en medio del discurso de despedida, las palabras de despedida de Jesús a sus discípulos, y es aquí y ahora en el ministerio de Jesús donde Jesús ofrece declaraciones de amor. Ya se ha reconocido que hay corazones atribulados.
Pero Jesús nos trae buenas noticias,
Amo porque he sido amado.
En todo lo que hacemos, en todo lo que somos, siempre en el centro de todo es amar a sí mismo y amar a sus prójimos. Cuando pensamos en todos los servicios que tenemos como bautismos, matrimonios, funerales, ordenaciones y muchos otros, amor es central en cada uno. Es verdad que en algunos son momentos muy gozosos, como matrimonio. Aquí cuando dos personas hacen sus votos en frente de Dios, familia y amistades, hay un sentido que pega al corazón de muchos por el amor que empapa el templo. El amor cuando los dos se comprometen para toda su vida ser fieles a Dios y a su parejo.
Cuando alguien muere, nos parece que no hay amor. Quizás tristeza. ¡Pero si hay! Porque llevamos la santa historia de nuestros hermanos y hermanas y cada historia es santa como las historias que escuchamos cada domingo o también cuando digamos la matutina o vespertina o completas. Asimismo, cada vez que digamos estas oraciones, hay amor que viene no solamente de nuestros labios, pero también de nuestra alma llena de amor.
Jesús nos dice está mañana, amen como yo los he amado. Jesús compartió estas palabras con sus discípulos antes de que fue llevado a morir en la cruz. Si ahora pueden ver a cada lado y ver el rostro de su prójimo en cada lado, pueden ver la imagen de Cristo y Cristo es amor.
Este día, es día de la Primera Comunión de Adán. Día que él ha esperado, día que llega por su estudio de la iglesia, de la biblia y de la palabra de Dios. También en su estudio de los diez mandamientos y el bosquejo de fe.
Dios desea que siempre tengamos amor para él, para familia y para sí mismo. Ahora Adán entra a una época nueva en su vida y a conocer el amor de Dios a través de Jesús su único hijo. El amor de Dios aquí en este templo que pasamos cada domingo. Cada vez que pasamos la paz de Dios, pasamos el amor de Dios.
Ahora es un día de AMOR porque este joven hace su primera comunión. Comunión es AMOR. Este joven hace un compromiso en estar en unidad en comunión. Es amor de Koinonia que nos dice que hemos reunido como en el cuerpo Cristo y ser transformados en la goza de la existencia. Amor es una esperanza de gloria y la vida eterna es el reino que viene. Amen lo que Cristo ha amado este día.
Estar en comunidad y compartir con todos seres humanos, estamos en comunión con Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo y con todos amistades conocidas y no conocidos. Ahora Adán, que hacen su primera comunión, les damos la bienvenida a esta comunidad en comunión con Dios y todos prójimos. Que vaya y de mucha fruta y que la fruta permanezca. Gracias a Dios, Aleluya, ¡Aleluya!
AMEN.